Cuatro años han pasado desde que se registró la primera muerte por COVID-19 en el mundo. Fue en Wuhan, China. Lejos del horror de los primeros tiempos de la pandemia, que comenzó hace cuatro años, el covid-19 se volvió menos peligroso pero sigue siendo un problema importante de salud pública, con especificidades persistentes en comparación con otras enfermedades.